Mientras las miro, sin darme cuenta, aspiro profundamente. Evoca olores y sabores de antaño. El recuerdo me regala la imagen de mi madre, en esa cocina grande, llena de harina, huevos, almendras, manteca, y cajas con dulces ya horneados que duraban semanas sin ponerse duros. Tardes enteras disfrutando de estas recetas, manchadas a veces de aceite, pero mimadas siempre por su dueña. Algunas de ellas las tenía anotada en una pequeña libreta, con una letra impecable, dulce e infantil, con esas medidas hoy imposible: un vaso de harina, tres cascaras de huevo de vino,…
«Mantecadas de Melancolía»
30 miércoles Sep 2015
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