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Autor: García de Marina. Fotografía. 2013. http://www.garciademarina.net
Lo peor de una guerra es no escoger bien al enemigo. El término feminismo (principio de la igualdad de derechos de la mujer y el hombre. RAE 1992) provoca a veces más revueltas que la conquista del mismo, en la que llevamos ya casi 4 siglos, desde que Marie Le Jars de Gournay publicara De l’Égalité des hommes et des femmes (1622). Todavía hay mujeres que recelan en declararse feministas, aún cuando respaldan lo que significa con sus palabras y actos. La estrechez de conocimiento a veces; el exceso de información tergiversada y loca otras tantas; la falta de conexión entre cerebro y boca también.
Y es que son muchas las que se han equivocado y renegado del término, siendo jabatas trabajadoras, independientes e incluso incendiarias reivindicativas. Al menos lo que me consta, si me equivoco seguro que alguien me lo hará saber. La generosidad de corregir es complaciente en su parte más oscura. Bebe, Paula Echevarría, Taylor Swift, Carmen Posadas, Maribel Verdú, Carla Bruni, Carmen Cervera…
Algunas acompañan audio para sordos, Soy feminista, pero desde la igualdad, que es como decir, está lloviendo, pero para abajo. Podría ser que las mujeres que necesitan relevancia y apoyo social, sientan pánico de ser incluidas en grupos de resentidas, antisociales y en pie de guerra contra el hombre,… no, esto no es feminismo. Recordad: igualdad de derechos.
Y mantengo equivocado como único conducto viable de la posición de negación del feminismo en una mujer, pues como dice Ana Mª Perez del Campo: Cualquier mujer pensante sólo puede ser feminista.
Existieron sufragistas (termino inicialmente peyorativo para nombrar a las mujeres que pedían el sufragio femenino) que tuvieron el valor de abrir brechas que fueron caminos, algunas con una acción social más enérgica, suffragettes, fueron encarceladas, hicieron huelgas de hambre y hasta perdieron la vida en manifestaciones. Pienso en ellas, leo sobre ellas, y no las imagino señalando con el dedo a esas otras que vivían ajenas al movimiento emergente que surgía a cien metros de su realidad. Es más, tal vez, si las tenían en cuenta y las sumaban a su lista de motivos por los que luchar. La generosidad, por tanto, es otro de nuestros distintivos.
Las diferencias físicas y psicológicas entre hombres y mujeres, también pesan en los argumentos contra el feminismo. Pero es que no se trata de ser iguales, criaturas. Reclamamos los mismos derechos, el mismo trato, las mismas deferencias, obligaciones y posibilidades. Después, ya veremos, si queremos ser como los demás o no parecernos a nadie. Decidir es un triunfo.
El ejemplo y filosofía en el camino de muchas mujeres, carcome las bases del patriarcado y nos hacen más libres a todos con su luz. Ellas ni siquieran lo saben, afanadas en su trabajo, en su vida, en vivir su libertad. Son feministas de raza y la fuente de donde nos alimentamos muchas. Profesoras, deportistas, madres, psicólogas, modistas, escritoras, cocineras, amas de casa, ingenieras, científicas,… femeninas o no, libres y luchadoras siempre.
El ejemplo y filosofía en el camino de muchos hombres, carcome las bases del patriarcado y nos hacen más libres a todos con su luz. Como Berto Romero, que ha exigido igualdad de sueldos por el mismo trabajo realizado que su compañera de reparto Eva Ugarte. Sumaron ambos sueldos y dividieron entre dos. Berto se ha quedado con algo menos de nómina, pero con la dignidad que le sobra ya va vestido para tres temporadas. O García de Marina, quien me ha cedido la evocadora portada de esta entrada con la condición de que el contenido fuera en pro de la igualdad.
El feminismo hay que defenderlo y practicarlo más allá del día en el que todos sepamos lo que es, hay que defenderlo y practicarlo, hasta que todos olvidemos lo que significa. Como la tribu que no sabe lo que es la palabra libertad, porque son libres.
El lenguaje es importante en la medida que es sentencioso, por eso todos los artículos femeninos de esta entrada son el enlace a la historia de una mujer feminista.
«Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres». Rosa Luxemburg( 1871-1919)
M.J. Trinidad Ruiz